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La crítica más ingenua

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¿Sabes ese libro que te enamora desde la cubierta y automáticamente algo te dice que no te va a defraudar?

Eso es justo lo que me pasó con No me gusta mi cuello, un título tan icónico y rentable para las editoriales como decir que lo ha escrito la propia Nora Ephron.

Y es que la aclamada guionista, periodista y productora neoyorquina, conocida en España por haberle dado vida al guion de la película Cuando Harry encontró a Sally, aúna a la perfección todas esas características de ironía, sarcasmo y frivolidad premeditada sin ni siquiera darte cuenta de que esas aseveraciones están muy bien trabajadas.

En este compendio de artículos, Ephron ahonda en las grandes servidumbres de la mujer del siglo XXI de una forma llana, sarcástica y repleta de humor cosmopolita.

Solo hace falta leer algunas de sus preguntas más deslumbrantes:

«¿Hay que despilfarrar o hay que ahorrar?»

«¿Hay que vivir cada día como si fuera el último o ahorrar dinero por si acaso vives veinte años más?»

«¿De verdad tenemos que pasarnos los últimos años evitando el pan?»

«¿Y cómo encajan los hidratos de carbono en todo esto?»

No me digas que nunca te lo has replanteado y que, además, te has avergonzado de hacerlo.

Pero dentro de esta lógica aplastante, hay grandes sentencias que también te sacuden si no consigues tomártelo con humor.

«Cualquier cosa que no te guste de tu cuerpo a los 35, te producirá nostalgia a los 45.

 

«Cuando los hijos llegan a la adolescencia, es importante tener un perro, para que alguien en casa se alegre de verte.

Así es como a lo largo de ciento sesenta y cingo páginas, Nora Ephron convierte todas esas elucubraciones censurables de lo no políticamente correcto en preocupaciones reales que nos acechan en algún momento de la vida y que delatan la sencillez del pensamiento humano: cómo nos enfrentamos al envejecimiento y la edad, cómo vivimos la crianza en la era moderna, cómo gestionamos la vanidad y el poder, las relaciones de pareja, los fracasos amorosos, las amistades y hasta el miedo a la muerte. 

No dirás que este libro es justo esa novela profunda que esconde grandes interrogantes y cuyo final acaba sorprendiendo hasta al lector más sagaz. No lo es.

Pero, a veces, lo más difícil de todo no es destapar esas respuestas universales, sino bajar a tierra los temas existenciales más insustanciales y hacerlo con un humor muy sagaz. 

Porque hay veces en las que solo necesitas eso: una lectura sencilla de risa fácil ―pero de difícil atino en formulación― que te haga olvidar algún que otro trauma y que sirva para el mero propósito de cualquier afición: entretener a la mente humana.

Ahí es cuando decidí que Nora Ephron iba a ser mi próxima mejor amiga literaria de por vida*. 

*Mención especial a Catalina Martínez Muñoz, traductora de esta edición de No me gusta mi cuello, por Libros del Asteroide, que ha sabido plasmar a la perfección el ingenio y el humor chispeante tan icónico de una autora como Nora Ephron. 

 

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